domingo, 16 de abril de 2023

PRESIÓN ARTERIAL Y SALUD 3- EFECTO DEL EJERCICIO


 

Continuamos con nuestro experimento sobre factores que tienen influencia sobre la presión arterial, en esta ocasión investigamos si el ejercicio puede inducir cambios en esta.

Se determinaron los valores de presión arterial sistólica, diastólica y de frecuencia cardiaca en reposo y tras el ejercicio. Las medidas en reposo se realizan sentados, relajados y sobre el brazo izquierdo, se registraron dos medidas con una pausa entre una y otra y se descartó la primera para evitar el nerviosismo lógico que provoca medirse por primera vez la tensión.



Para determinar los valores tras el ejercicio, una vez terminadas las medidas en reposo, se realizó un ejercicio intenso (flexiones o subir y bajar la escalera) durante un minuto y tras este, y sin pérdida de tiempo, se registraron los datos.




Los resultados obtenidos se muestran en la tabla:




Como puede observarse en la tabla, la presión sistólica aumentó (112 en reposo frente a 138 tras ejercicio), sin embargo, la presión diastólica se mantuvo constante (65 en reposo frente a 67 tras el ejercicio). La frecuencia cardíaca aumentó claramente tras el ejercicio (79 en reposo frente a 116 tras ejercicio).

En la bibliografía consultada se hace referencia al hecho de que el ejercicio eleva considerablemente la demanda de oxígeno de la musculatura esquelética, de manera que, para poder atender a dicho requerimiento aumenta considerablemente la fuerza de contracción del corazón y la frecuencia cardíaca, lo que hace aumentar los valores de presión sistólica y de frecuencia cardíaca, hecho coherente con los resultados obtenidos en nuestro experimento. Por otra parte, que la presión diastólica no aumente o lo haga ligeramente puede deberse al hecho de que los vasos sanguíneos que riegan la musculatura esquelética se abren para hacer llegar el máximo caudal de sangre al músculo en pleno ejercicio, y así, al disminuir la resistencia periférica, la presión diastólica baja.

En conclusión, en relación con la hipótesis que inicialmente nos planteamos sobre si el ejercicio modifica la presión arterial, tenemos que decir que sí la modifica, si bien, este cambio se debe sobre todo a la modificación de la presión sistólica, pues la diastólica no cambia o lo hace ligeramente.

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